Suceden, a veces, cambios en la vida. Algunos inevitables,
otros incluso deseados. Todos nos sirven para crecer por dentro. Pero hay un
tipo de cambio que es demoledor. Ocurre en contadísimas ocasiones en la vida de
un ser humano. Es el cambio que derrumba nuestros esquemas, que pone nuestro
“mundo” del revés. Es el que te hace replantearte todo..
Normalmente no reaccionamos bien ante tal cambio. Y es
lógico. Sobrevienen mil preguntas, la primera: porque?.. La segunda: y ahora
que?..
Es el momento de intentar reflexionar. De replantearte todo,
principalmente las estructuras mentales y espirituales. Y entonces empieza el
caos.
Siempre he pensado que caos es sinónimo de cambio. Cambio
que precede a la evolución. Pero este cambio en concreto estremece tanto por
dentro que no eres capaz de encontrarle nada positivo ni de adelanto interior.
Hay veces que debes dejar que te arrase, para sólo asi poder
comprobar por ti mism@ hasta donde eres capaz de soportar antes de reflexionar
y volver a recuperarte.
Y el secreto está en analizarlo.. darte cuenta que lo que ha
llegado a tu vida es para tu bien. Aunque cierto es que ahora mismo te esté
destruyendo.
Pero hay que darle la vuelta, ponerlo todo del revés para
empezar a entender..
Entender que ese caos, que se ha convertido en cambio, ahora debes adaptarlo para que progrese
en evolución personal.
Y como se adapta un@ a esto?.. Una vez más, dándole la
vuelta.. Amando lo que llegue a tu
vida, aunque lo que llega es algo que detestas.. algo que no esperabas, algo que
nunca pudiste imaginar..
Con demasiada frecuencia solemos desear o imaginar algo en
nuestra vida. Y, curiosamente, ese algo se presenta pero de la forma contraria.
Por poner un ejemplo ilustrativo y común: deseamos tener naranjas pero aparecen
toneladas de limones. Que dice el dicho?. Si la vida te da limones.. hazte una
limonada!!..
Aprender a amar esos “limones” , adaptarnos a ellos, produce
el cambio que nos llevará a evolucionar.
Y, llegará un momento, al verlo de otra perspectiva, que nos
daremos cuenta que ese caos, ese dramático cambio, no fue más que ponernos una
estrella entre las manos. Y conseguir hacerla brillar..