Conexión..

Al pasar junto a las fábricas, vomitando humo al precioso cielo azul, he arrodillado el Corazón y Te he pedido perdón.

Por tanta insensatez, por ser más salvajes que los animales, supuestamente, irracionales.

Me duele cada golpe que Te damos, me duele la enorme falta de Amor que te profesamos. Me duele que nadie nos eduque para Amarte, solo para destruirte. Te exigimos que nos alimentes, nos cuides y nos protejas, pero hacemos todo lo contrario contigo.

No conviene que descubramos que hay una maravillosa Alianza entre nosotros, que un invisible y mágico "hilo" nos mantiene unidos desde el principio. Somos Tú, y conseguiremos ser nosotros cuando cada uno descubramos que Sintiéndote, sabiendo que no solo estamos hechos de la misma materia sino tambíén de la misma Vibración, podemos Escucharte. Y Tú tienes mucho que decirnos..

Despertar a Tu Consciencia, ésa es la CONEXIÓN..

Y no hemos perdido la Conexión contigo, pero una gran mayoría si la ha olvidado. 

Nos han educado para que no podamos Sentirte y saber así Quienes Somos.

Pero Tú nos sigues Amando y Respetando. Esperando al precioso momento en que, aquietando el ruido humano, entendamos que nos dices.

Y escucharte equivale a comprender y Amar todo lo que Eres. Plantas, animales, atmósfera, universo.. todos tienen algo que decirnos. De todos tenemos que aprender.

Primera enseñanza: Respetar la Vida..

Sigue el camino..

Y comencé a andar despacito

y contemplar cada piedra del camino,

porque todas llevan un mensaje.

Siempre tengo la sensación de que el tiempo transcurre a una velocidad distinta para mi. Yo voy despacito y todo lo demás vertiginosamente deprisa.

Así nunca llego, ni quiero llegar.

A mi me gusta contemplar el paisaje, me gusta saborear los instantes. No comprendo el porqué de tanto correr.

Hay un camino delante de mi, lo sé.

Y sé también que es mi camino, solo mío, exclusivamente mio.

A veces creo saber los pasos que he de dar para mantenerme en ese camino, que sé que es el correcto.

Otras veces, por más que lo intente, pierdo el equilibrio y me termino desviando, yendo por atajos que al final no me llevan a ninguna parte, nada más que a dar un extenso rodeo para desembocar donde estaba antes, al comienzo.

Otras veces no es un atajo ni un rodeo, es una completa y total equivocación, que me desarma y me agota.

Pero todo lo doy por bueno, porque así distingo mejor ese camino, que cada vez me gusta más.

Porque es el mio.

Y lo recorro despacito, como a mi me gusta. No hay prisa..