lunes, 4 de abril de 2011

Montaña rusa..

Asemejo la vida, en todas sus vertientes, como una montaña rusa. Tanto lo que se ve, como lo que no se ve. Hay momentos en que subes y otros en que bajas.

Llevo dias en continua bajada y, aunque sé que pronto llegará una nueva subida (jamás pierdo la Esperanza, ella y la Confianza son la bandera de mi interior), no puedo reprimir olvidar un poco todo lo aprendido. Por eso, a veces, necesito lo que yo llamo una "colleja" interior.. a veces viene disfrazada de sonrisa inocente, otras de una mirada sincera, o como un te quiero invisible que me conecta por dentro, o una preciosa melodia recordandome Quien soy, o un cielo estrellado donde me busco y me encuentro, o "simplemente" en un texto cargado de verdad..

Lo importante es que la "colleja" me ponga los pies en el suelo y el Alma en las nubes. Pues, aunque parezca contradictorio, esa es la gran (y mejor) verdad para esta realidad. Para tener los pies en el suelo, hay que tener el Alma en las nubes..

Ante la infinidad de (supuestos) problemas que cada dia nos llevan a hacernos mil preguntas.. que nos responderia un Dios (interior) cansado ya de ver como sus criaturas nos ponemos la tirita antes de hacernos la herida?.. porque eso es lo que creo que hago cada vez que me preocupo por como va mi vida.. olvidándome de que en el fondo de todo.. LO TENGO TODO..


"Dios hubiera dicho:

Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho!
Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas
y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros
y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos,
los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije
que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu
sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes
expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes
a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada
tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer,
en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito...
¡No me encontrarás en ningún libro!

Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me
enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te
hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de
sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre
albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse
en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que
te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos
mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad?
¿Qué clase de dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de
leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que
sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo
que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas
atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso
en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta
vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no
hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un
registro.

Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo
dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu
única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.

Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste
bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste?...
¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste?...

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no
quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que
me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu
hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te
sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de
tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?...
¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te
han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí,
que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para
qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí
estoy, latiendo en ti."

Baruch Spinoza