En la orilla del silencio
mojé mis labios inquietos..
En las ondas que crearon
me pareció ver tu cielo..
Quería acercarme más,
lo justo para darte un beso..
Le pedí a la amiga libélula
que te lo acercara en su vuelo..
En sus alas ella trajo
aromas de tu risa,
pedacitos de tu espíritu
que mi Alma devoró deprisa..
Y Transmutando tu susurro
volvió a volar,
extasiada de Dulzura..
Y en cada recodo del camino,
fue repartiendo nuestra locura..