En el silencio de mi Alma
recojo la flor de tu voz.
Tanto tiempo parecía dormida,
pero quién dormía era yo..
Solo escuchaba susurros,
quedos murmullos callados por la razón.
Sin embargo, bien altos eran tus gritos,
solo podía oírlos desde el lamento de mi corazón..
Me aferro a tu paciencia
y a tu infinito amor.
Guíame, muéstrame la senda
que yo reuniré el valor..