Antes de nacer, estoy convencida, todos trazamos nuestro
Camino. Como si de un guión se tratase, de la novela que va a ser nuestra vida.
Y escribimos cual va a ser la experiencia, cual el aprendizaje, cuantos los
errores que se convertiran en la senda. Incluso cuales serán los personajes con
los que la compartiremos.
Y diseñamos el avatar que nos identifique, y le daremos una
personalidad y una mente que lo acompañe.
Pero el propósito de tal experiencia es Vivirla desde el Ser
Superior que tod@s somos, desde la
Mente y Personalidad Superiores.
Por eso es inútil forzar situaciones. El Camino propio es
una senda hacia delante, nadie puede hacerle un quiebro al Destino. Anular o
desviarnos de ese Camino lo único que hará es ralentizar el trayecto.
En cambio, dejarnos Fluir con ese Camino nos pondrá todo en
bandeja. Las personas adecuadas, las situaciones positivas, los deseos
soñados.. todo aparecerá en ese Camino si nos dejamos Fluir y dejar que vengan
a nosotr@s. Porque al diseñar ese Camino lo hicimos con todo lo necesario para
llegar victoriosos y orgullosos de nosotr@s mism@s al final.
Fluir es como mirar un alegre arroyo que recorre
serpenteando un precioso valle, en él viajan confiadas las hojas marchitas que
algún árbol desechó, y viajan mecidas por la corriente que el arroyo les
regala. Saben que todo discurrirá perfecto, pues el Gran Arroyo Guía, Sabe,
Proporciona.. lo único que a cambio les pide es que Confien. Lo demás.. es un
Paseo Maravilloso..
Encontraremos alguna que otra piedra en ese Camino, pero se
debe recordar que las personas (piedras) que, aparentemente, nos hacen daño son
las que nos van a enseñar las mejores Lecciones, que los malos tiempos
(piedras) nos harán Despertar una Consciencia Superior, que las contradicciones
(piedras) en dicho Camino nos harán ser mejores. Todo pasa por un bien para
nosotr@s, es cierto que no podamos comprenderlo cuando nos suceden los
contratiempos, pero al final y a la larga comprobamos que siempre sucedió para
nuestro bien.