Ambos contemplaron la obra de arte.
- Es precioso- dijo ella.
- ¿Precioso?, es solo un trozo de piedra puesto estratégicamente.
- A mi me transmite una infinita belleza.
- Para mi solo es una piedra rectangular.
Por su derecha apareció un chico que no dejaba de mirarles con curiosidad.
- Tu eres el autor ¿verdad?- dijo él avergonzado.
- Si- afirmó con una sonrisa- y los dos tenéis razón en vuestro punto de vista. Acompañadme por favor.
Los dirigió a una sección aparte de la exposición, allí, levantando una gran tela, les mostró un cuadro.
La mirada de ella se iluminó, era una bella pintura creada con colores cálidos y fríos. Al unirse, conformaban algo muy bello, casi imposible de describir con palabras.
- ¿Que os parece?
- A mi simplemente una mezcla de colores-dijo el chico- (Sin estilo definido, pensó para si mismo).
Ella casi no podia articular palabra, sus ojos estaban humedecidos.
- Me encanta la diversidad de los colores- fue lo único que pudo contestar.
- Los colores cálidos- explicó el artista- y los fríos al mezclarse se TRANSFORMAN el uno al otro. Y así, tras ese acto de sensibilidad, cada uno es el otro sin perder su individualidad. Ahí radica la belleza de esta obra.
Se miraron y pensaron, igual que nosotros..
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